ACEITE EN CAJAS AUTOMÁTICAS
Esta es la segunda parte de la revisión al mantenimiento, operación y soluciones a los problemas con estas transmisiones en los Jueves de Mecánica.
Siguiendo con el tema de las cajas automáticas, cuyo primer capítulo trató sobre el recalentamiento en estas, ahora tocaremos el tema de sus aceites, alrededor del cual hay muchos interrogantes, sobre todo porque tienen un comportamiento muy diferente al que se conoce para el caso de los aceites de los motores.
El aceite en las cajas automáticas funciona bajo presión de bombas internas y debe mover válvulas que a su vez accionan los cambios de marchas. Pero, además, lubricar los engranajes, y allí hay unas condiciones de trabajo muy peculiares porque los piñones (también en las cajas mecánicas) centrifugan el aceite y lo convierten en una nube que anda por toda la carcasa.
Antes de que se dé esa nebulosa, el aceite debe fijarse a las carasde trabajo de los piñones para evitar fricción y desgaste, para lo cual tiene unas propiedades bien especiales gracias a aditivos que le conceden adherencia en esas superficies a su paso.
Luego, cuando el aceite queda disperso, se produce un fenómeno complicado y es que esas burbujas que se forman contienen aire y este debe decantarse para que cuando el aceite regrese a sus sitios de trabajo esté otra vez ‘compacto’, ya que si arrastra aire, en esas zonas donde se encuentre no habrá lubricación.
El paso del aceite por la piñonería y su impulso a presión le suben la temperatura de manera importante, por lo cual se necesita enfriarlo en un circuito que requiere un radiador aparte que usualmente va en la parte baja del de agua, en el mismo cuerpo, pero, obviamente, en celdas separadas. De la acción de este intercambiador de calor del aceite al paso del aire por las rendijas del radiador depende mucho la duración y el funcionamiento de la caja, porque si se sube la temperatura pierden estabilidad esos aditivos y el aceite no trabaja correctamente, pues también es el encargado de la refrigeraciónde toda la unidad de relaciones.
En las cajas mecánicas, como no hay presión porque el aceite trabaja por salpique y en la nube, no se requiere este radiador.
Los aceites de ambas unidades ahora no requieren atención y muchas de las cajas modernas ni siquiera tienen tapones de llenado, pues estos lubricantes no están expuestos a contaminantes externos como pasa en un motor, y su vida es muy extendida.
En cambio, cuando se interviene la caja automática para cambiarle el aceite, hay gran riesgo de que el sistema valvular se descargue y la caja empiece a molestar, tema que hemos comprobado personalmente en nuestros vehículos.
Por lo tanto, la recomendación es “no se toca” mientras no haya problemas, y cuando estos surgen no trate de corregirlos cambiando el aceite, que suele ser el menos culpable en la lista de causales de fallas.
Fuente: Motor